La opción más inclusiva es la de atender las necesidades específicas de los alumnos con altas capacidades
en el contexto del aula regular. En esta estrategia el niño o la niña pasa todo el tiempo en el aula común con
las adaptaciones del currículum que precise y recibiendo apoyo dentro de la clase cuando sea necesario. Esta estrategia es la más sencilla de organizar y la más económica, ya que no requiere de una ubicación especial para los alumnos con talento; además, el resto de los compañeros se ven beneficiados por la presencia de ellos. Su mayor dificultad radica en que las clases suelen ser muy numerosas y los docentes no están suficientemente preparados para atender las necesidades educativas de estos alumnos. Por ello, es preciso desarrollar procesos de formación que proporcionen a los profesores las herramientas necesarias para enriquecer el currículo y diseñar actividades de aprendizajes adecuadas a las capacidades de los alumnos. Asimismo, es importante organizar los procesos de enseñanza de forma que puedan participar los profesionales de apoyo, para que estos alumnos no realicen un trabajo en paralelo al de sus compañeros.
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