NEUROEDUCACIÓN: ESTRATEGIAS BASADAS EN EL FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO Magazine INED21
EL EJERCICIO FÍSICO MEJORA EL APRENDIZAJE
La práctica regular de la actividad
física (principalmente el ejercicio aeróbico) promueve la
neuroplasticidad y la neurogénesis en el hipocampo, facilitando la
memoria de largo plazo y un aprendizaje más eficiente. Además, no sólo
aporta oxígeno al cerebro optimizando su funcionamiento, sino que genera
una respuesta de los neurotransmisores noradrenalina y dopamina que
intervienen en los procesos atencionales. El ejercicio físico mejora el
estado de ánimo (la dopamina interviene en los procesos de
gratificación) y reduce el temido estrés crónico que repercute tan
negativamente en el proceso de aprendizaje.
La prueba
Aberg M. et al. (2009), “Cardiovascular fitness is associated with cognition in young adulthood”, PNAS.
Se realizó un estudio longitudinal en el
que participaron más de un millón de suecos. Se demostró que las
aptitudes físicas entre los 15 y los 18 años predecían la capacidad
intelectual a los 18 años de edad, medida con una serie de pruebas de
lógica, verbales y visuoespaciales (ver figura 3). Además, se comprobó
que la resistencia aeróbica durante la adolescencia guarda una relación
directa con el nivel socioeconómico y los logros académicos en la edad
adulta.
Fig. 3
Crecimiento de la inteligencia global (eje vertical) en relación al aumento de la resistencia aeróbica (eje horizontal)
Implicaciones educativas
Los estudios demuestran que se han de
potenciar las clases de educación física, dedicarles el tiempo
suficiente y no colocarlas al final de la jornada académica como se hace
normalmente.
Se deberían fomentar las zonas de recreo
al aire libre que permitan la actividad física voluntaria y aprovechar
los descansos regulares para que los alumnos puedan moverse. Un simple
ejercicio antes del comienzo de la clase mejora en los niños su
predisposición física y psicológica hacia el aprendizaje, con mayor
motivación y atención (Blakemore, 2011).
Junto a la actividad física, son muy
importantes también la adecuada hidratación (se ha de permitir a los
niños beber agua en clase), hábitos nutricionales apropiados y dormir
las horas necesarias (se sabe que los adolescentes necesitan dormir
más). Por ello resulta conveniente la enseñanza de estos hábitos no sólo
a los alumnos sino también a los padres.